

Hace mucho tiempo, había un hombre llamado Pablo. Él vivía en Pereira. Él vivía con sus perros en una casa pequeña.
Un día Pablo estaba muy enfermo y no tenía quien lo ayudara. Cuando se recuperó, decidió que se casaría con una mujer que viviera cerca.
Invitó a sus amigos y cercanos a la ceremonia de matrimonio. Pablo estaba muy emocionado y pensó que estaba consiguiendo una ayudante.
Les trajeron muchos regalos a la novia y al novio. Habían canastas de trigo, bananos, nueces, cocos y demás regalos para el hogar.
La ceremonia terminó y todos los invitados se fueron a sus casa. Pablo estaba listo para comenzar su nueva vida con su esposa y su perro.
Al día siguiente Pablo le preparó un banano dulce a su esposa, pero ella se rehuso a comer.
Cuando Pablo se fue a cazar, la mujer se comió todos los bananos.
Pablo llegó de la caza y tenía hambre. Preguntó por los bananos dulces y su esposa le dijo que ¡el perro se los había comido todos!
Al día siguiente Pablo fue a su granja. Cuando regresó a la casa, encontró que su esposa se había comido toda la carne. Ni siquiera le compartió al perro.
Otro día, Pablo fue a visitar a sus amigos y cuando regreso, se dio cuenta que su esposa se había comido todas las nueces. La canasta estaba completamente vacía. Pablo estaba muy frustrado con su esposa.
Pablo pensó: "Algo anda mal con esta mujer." Él decidió usar un poco de magia. Puso un poco de leche en el caldero mágico, luego lo puso debajo de la cama y se fue a cazar.
La mujer vio el caldero, y vio que estaba lleno de leche. Inmediatamente lo levanto y se lo llevó a la boca. Se tomó toda la leche mientras el perro la veía.
Desafortunadamente, el caldero se quedó pegado a su boca. Ella intentó quitárselo, pero no lo logró. Ella gritó y saltó, pero el caldero se mantuvo pegado. El perro estaba mirando todo esto.
Luego el perro corrió para encontrar a Pablo. El perro ladró y ladro, y salto salto de arriba para abajo. Pablo entendió que hay algo que no estaba bien en su casa.
Corrieron a la casa juntos. Pablo estaba muy sorprendido al encontrar a su esposa con el caldero pegado a su boca. La miro y se continuaba preguntando qué había pasado.
Pablo le toco la mejilla a su esposa y el caldero se despegó inmediatamente. La mujer estaba muy avergonzada y decidió regresarse a la casa de sus padres.

