

Tania y su esposo son educados, honran a dios y son respetuosos. Un día cuando están viajando a Cartagena de vacaciones, se encuentran con una niña llorando, y le preguntaron qué era el problema.
Ella les dijo que era huérfana y que su tío la saco de la casa. La pareja decidió llevarla a su casa y pagarle el colegio. La niña fue admitida a la universidad y después se graduó como piloto.
Cuando Tania se jubiló y su esposo murió, la niña huérfana le construyó una casa a Tania. También construyó un orfanato y un colegio para huérfanos para asegurarse que ellos también fueran al colegio.
Ella construyó el orfanato porque no quería que ellos atravesaran lo mismo que ella atravesó cuando era pequeña.
Porque ella quería que todo los niños tuvieran la oportunidad de ir al colegio y poder cumplir sus sueños, como ella.

