

Hace mucho tiempo, los gatos y los ratones eran amigos. Ellos trabajaban y jugaban juntos. Los gatos se casaban con los ratones y los ratones se casaban con los gatos: todos eran felices.
Pero, con el pasar del tiempo, los ratones comenzaron a preocuparse. "Algunos de nuestros familiares han desaparecido," decían. "¿Dónde están? Hace mucho no veo a mi tío," dijo un ratón. "Y yo tampoco he visto a mi tía" dijo otro ratón. "Mi hermana tampoco está acá," afirmo un tercer ratón. "¿Y dónde esta mi hermano?" preguntó un cuarto ratón.
Un ratón viejo sacudió su cabeza. Se veía triste. "Mis amigos, tengo malas noticias para ustedes," dijo. "Los gatos no están comiendo. Debemos tener mucho cuidado. Pronto nos comerán a todos."
Los ratones estaban asustados. Las mamás les dijeron a sus hijos: "No salgan. Tengan cuidado, los gatos los pueden atrapar."
Ahora todos los ratones tenían cuidado. Comenzaron a quedarse en sus huecos y no les gustaba salir.
Ahora los gatos estaban preocupados también. "¿A dónde se fueron todos los ratones? se preguntaron. "Tenemos hambre y ahora no tenemos qué comer." "Se están escondiendo de nosotros," dijo un gran gato. "¿Cómo podremos atraparlos?"
"Tengo una idea," dijo otro gato. "Vayamos a visitar a los ratones y organizamos una boda. Propondremos que una de sus hijas se case con uno de nuestros hijos. Habrá un festín y todo estarán en el mismo lugar ¡Ese será un gran festín para nosotros!" Los otros gatos respondieron: "¡Qué gran idea!"
Los gatos mandaron a sus sabios a encontrarse con los ratones. "Denos una de sus hijas," dijeron los sabios. "Queremos una esposa para uno de nuestros hijos."
Los ratones estaban muy sorprendidos y les dijeron: "No confiamos en ustedes." "¡No! ¡No!" respondieron los gatos: "Estamos siendo honestos y sinceros con ustedes, queremos ser sus amigos. Es cierto que hace un tiempo algunos de nosotros se comieron algunos de ustedes, pero debemos dejar eso en el pasado. Ya no los volveremos a comer jamás."
Los ratones miraron a los gatos. Los gatos estaban sonriendo. "Está bien," dijeron los ratones. "Aceptamos. Les daremos una de nuestra hijas para uno de sus hijos."
Los gatos se fueron a sus casa felices. "El día de la boda será maravilloso," dijeron lamiéndose los labios.
El día de la boda llegó. Los ratones aún estaban muy preocupados. "Quédense cerca a sus huecos" les dijeron a sus hijos. "Miren, los gatos están llegando. Si son amables con nosotros, seremos amables con ellos. Pero si ellos nos intentan comer, estaremos listos."
Los gatos vinieron y estaban cantando una canción de bodas.
"¿Pueden escuchar la letra de la canción?" preguntó un ratón viejo a uno joven. "Sí" dijo el ratón joven: "Cójanlos y cómanlos, cójanlos y cómanlos."
"Entonces, nosotros también debemos cantar," dijo el ratón viejo. Él comenzó a cantar: "Corran ratones, corran ¡Corran ratones, corran!" Todos los ratones se metieron en sus huecos y huyeron.
Los gatos llegaron y se preguntaron: "¿Dónde esta la novia para nuestro hijo?" El ratón viejo sacó su cabeza de un hueco y dijo: "Hemos aprendido nuestra lección. Cuando tus enemigos pretenden ser tus amigos, debes estar listo para correr."

