Había una vez un dinosaurio llamado Dino, que vivía solo en la selva. Aunque era un dinosaurio amigable y cariñoso, a veces se sentía triste por no tener a nadie con quien jugar.

Dino pasaba sus días explorando la selva, comiendo hojas y buscando aventuras.

Un día, mientras Dino caminaba por la selva, escuchó un ruido extraño. Se giró y vio a un dinosaurio volador llamado Vito. Vito era de un color brillante y tenía alas suaves y enormes

Dino se acercó con curiosidad y le preguntó: "¿Hola, quién eres?".

Vito sonrió y respondió: "¡Hola, soy Vito! Soy un dinosaurio volador y me encanta volar por los cielos

Quieres volar conmigo?".

Los ojos de Dino se iluminaron de emoción. ¡Siempre había soñado con volar! Así que saltó de alegría y dijo: "¡Sí, sí! Me encantaría volar contigo.

Vito le enseñó a Dino cómo aferrarse a su espalda y en un abrir y cerrar de ojos despegaron hacia el cielo Dino sentía el viento en su cara y veía el mundo desde las alturas Dino sentía el viento en su cara y veía el mundo desde las altura

Después de un rato, Vito aterrizó en una hermosa isla llena de dinosaurios de todos los tamaños y colores. Había dinosaurios grandes y fuertes, dinosaurios pequeños y juguetones, y dinosaurios amistosos por todas partes.

Dino se sentía tan emocionado y feliz de ver a tantos dinosaurios juntos. Se unió a un grupo de dinosaurios que estaban jugando y riendo. Jugaron a las escondidas, corrieron por campos verdes y se balancearon en los árboles.

Dino y Vito pasaron días explorando la isla y haciendo nuevos amigos. Cada día era una aventura llena de risas y diversión. Dino nunca se había sentido solo de nuevo porque ahora tenía a Vito y a todos sus amigos dinosaurios.

Con el tiempo, Dino se dio cuenta de que la amistad puede encontrarse en los lugares más inesperados. Aunque al principio estaba solo en la selva, el destino le había llevado a la isla llena de dinosaurios como él.

Ahora, Dino era parte de una gran familia de amigos.

Y así, Dino y Vito vivieron felices en la isla, explorando, jugando y volando juntos. Y cada vez que Dino recordaba su vida en la selva, estaba agradecido por haber conocido a Vito y por haber encontrado un hogar lleno de amigos.

Y colorín colorado, este cuento de amistad y aventuras ha terminado